miércoles, 1 de julio de 2015



" El poderoso"

Cuando él encendía su cuerpo,
el fuego de la hornalla lo reconocía  como a un par,
entonces, todos en la casa festejaban, hasta la lluvia,  porque sabía que volvería a ser seca
como la tierra...
o como el pan.
El tenía ésa virtud,
la de encenderse como un fuego de artificio , y no había fiesta, o reunión, que no quisiera tenerlo entre sus invitados
y en el cielo,
parecía un cometa o una estrella perdida, pero era un hombre...
aunque nadie pudiera creerlo, y muchas veces, el tampoco lo creía.
En los veranos, las frutas, a su lado, maduraban antes de tiempo, las granadas, reventaban gozosas como un festival de diamantes rojos, las manzanas eran mordidas por cuanta serpiente se encontrara cerca,
y las mandarinas, las mandarinas se volvían naranjas...
En cambio, en los inviernos, las chimeneas y las estufas de toda la ciudad, se encendían al unísono cuando él reía a carcajadas...
 Una carcajada, una chimenea que se prendía en el Oeste, otra carcajada, una estufa que empezaba a calentar en el Sur...
En el Norte y el Este, el fuego era moneda corriente...estufas y chimeneas chisporroteaban como frijoles saltarines en una sartén.
Tanto era su poder, o su virtud
que en las primaveras y en los otoños, las hojas que caían, volvían a levantar vuelo como si las elevara desde abajo, el aire caliente de un súbte invisible, y los primeros brotes, se convertían en árboles frondosos de la mañana a la noche.
El mundo parecía enloquecer cuando él caminaba tan suelto de cuerpo
 y encendido como una brasa humana...
Pero una tarde, o una mañana, ya no recuerdo,
el amor llamó a su puerta,  destemplado, como el anuncio de un lobo.
llamó de manera brutal, casi asesina...
Entonces, el quiso encenderse más que otras veces,
quiso alejarse de ése intruso, con llamaradas de dragón y con chispas de todos los colores
 lo intentó una y otra vez ,
lo intentó mil veces, pero mil veces fracasó
Algo había pasado.
La tierra pareció congelarse bajos sus pies,  los osos polares le escribían largas y seductoras cartas,
las hornallas de todas las cocinas comenzaron a odiarlo, y su corazón, latía a destiempo como
un reloj vencido...
El nunca había imaginado otro poder mas grande,  que no fuera el suyo..

El nunca había imaginado a una mujer.










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