miércoles, 29 de julio de 2015

Mi humilde homenaje...

jueves, 23 de julio de 2015

Lo que estamos haciendo con Hernán Migoya...

sábado, 11 de julio de 2015

 La Gata Flora



 Me llaman la gata Flora,
porque floridamente despunta mi esqueleto
bajo la ciudadela de verano del hombre...
Flora, como mi vecina, que barre las vereda y
las heridas de una vida, que no le cicatriza...
Así soy yo,
por el apodo
que día, tras día, me poda el ramaje de mi cuerpo
cuando se esfuma la última caricia
de vos,
perdón,
de usted,
la caricia de su mano de hombre,
querido compañero.

viernes, 3 de julio de 2015

Un amor de cuatro lados


miércoles, 1 de julio de 2015



" El poderoso"

Cuando él encendía su cuerpo,
el fuego de la hornalla lo reconocía  como a un par,
entonces, todos en la casa festejaban, hasta la lluvia,  porque sabía que volvería a ser seca
como la tierra...
o como el pan.
El tenía ésa virtud,
la de encenderse como un fuego de artificio , y no había fiesta, o reunión, que no quisiera tenerlo entre sus invitados
y en el cielo,
parecía un cometa o una estrella perdida, pero era un hombre...
aunque nadie pudiera creerlo, y muchas veces, el tampoco lo creía.
En los veranos, las frutas, a su lado, maduraban antes de tiempo, las granadas, reventaban gozosas como un festival de diamantes rojos, las manzanas eran mordidas por cuanta serpiente se encontrara cerca,
y las mandarinas, las mandarinas se volvían naranjas...
En cambio, en los inviernos, las chimeneas y las estufas de toda la ciudad, se encendían al unísono cuando él reía a carcajadas...
 Una carcajada, una chimenea que se prendía en el Oeste, otra carcajada, una estufa que empezaba a calentar en el Sur...
En el Norte y el Este, el fuego era moneda corriente...estufas y chimeneas chisporroteaban como frijoles saltarines en una sartén.
Tanto era su poder, o su virtud
que en las primaveras y en los otoños, las hojas que caían, volvían a levantar vuelo como si las elevara desde abajo, el aire caliente de un súbte invisible, y los primeros brotes, se convertían en árboles frondosos de la mañana a la noche.
El mundo parecía enloquecer cuando él caminaba tan suelto de cuerpo
 y encendido como una brasa humana...
Pero una tarde, o una mañana, ya no recuerdo,
el amor llamó a su puerta,  destemplado, como el anuncio de un lobo.
llamó de manera brutal, casi asesina...
Entonces, el quiso encenderse más que otras veces,
quiso alejarse de ése intruso, con llamaradas de dragón y con chispas de todos los colores
 lo intentó una y otra vez ,
lo intentó mil veces, pero mil veces fracasó
Algo había pasado.
La tierra pareció congelarse bajos sus pies,  los osos polares le escribían largas y seductoras cartas,
las hornallas de todas las cocinas comenzaron a odiarlo, y su corazón, latía a destiempo como
un reloj vencido...
El nunca había imaginado otro poder mas grande,  que no fuera el suyo..

El nunca había imaginado a una mujer.