miércoles, 5 de noviembre de 2008

La trágica vida de Inocencia Cadalso ( una mujer con olor a bencina)



Así las cosas, luego de la muerte de la Abuela Ñata, la vida se deslizaba con la delicadeza de un pañuelo de seda sobre un cuello...no había demasiadas novedades para contar, y los dias junto con sus noches, transcurrían en una rutina apacible y tranquila.
Tanta era la tranquilidad en esa casa, acostumbrada mas a los desafíos familiares, que Piruca había vuelto a la seguridad de su cocina, como vuelve un gato,en busca de la caricia conocida en la falda del dueño.
Nadie pensaba en los ultimos y trágicos acontecimientos que se habían precipitado sobre nuestras vidas con la furia de una maldición ,o con lo inevitable de un destino que nadie habia deseado, ni mucho menos escrito. Y sin embargo, algo en el aire de la casa, como unn olor dulzón a panadero de verano, o a almizcle...flotaba como una amenaza.
Mientras tanto, en el barrio de parque de los Patricios, el matrimonio de Porota con el doctor, marchaba "sobre rieles",la velocidad de ese encuentro desparejo, hacía pensar más en una enloquecída locomotora de las viejas peliculas mudas, que en un moderno tren con aire acondicionado y ventanillas despejadas.
Para Pasalaccua, cada día que pasaba, era un kilo menos...y en su pobre y enflaquecido esqueleto, un gramo que desapareciera, podía significar una importante complicación de orden nutricional...¡Qué hombre tan flaco, tan carente de color, tan seco...! cadaa vez se parecía más a esos juncos amarronados y muertos que se venden en el Tigre,y que sirven para adornar los consultorios de los dentístas o las casas de masaje...¡Pobre dóctor...!llevaba en su cuerpo, como una marca que hubieran hecho a fuego,la desdicha de ese triste destino que , probablemente ,habia elegido con la " fuerza" de un suspiro, y la" convicción" de un condenado a muerte, por una felíz y larga vida...

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