jueves, 4 de septiembre de 2008

La trágica vida de Inocencia Cadalso ( una mujer con olor a bencina)

Por fín, la primavera había llegado, y con ella, un poco de esa paz familiar que tanto anhelábamos y que necesitábamos como el aire.
Porota y el Dr. Pasalaccua habían contraído el esperado enlace, y ahora, y para toda la eternidad, se mantendrían unidos como lo que eran: Marido y mujer, o, como le gustaba repetir al chistoso del Doctor, " la chata y su papagayo..."
Pasalaccua no era bueno en eso de asociar imágenes hospitalarias con su vida de recién casado...
Era un buen hombre, pulcro y trabajador como ninguno, pero, un idiota en el sentido más estrícto de la palabra. idiota en su cotidianeidad, aburrido en sus relaciones sociales, tímido y manejable en las manos de una mujer gruñona y autoritaria como Porota

Sin embargo, y como para alejar cualquier fantasma de insidias familiares y chusmerío de barrio, Porota y Pasalaccua se mantenían unidos como la llave al candado, a todos lados iban juntos, se los veía cariñosos y demostrativos, se reían a carcajadas limpias y sonoras, como para que no quedase ninguna duda de que su felicidad marital era completa...en fín,para nosotros, su familia, tamaña felicidad nos parecía una absurda pantomina, una representación sobreactuada de un matrimonio ejemplar y dicharachero. En secreto, y por lo bajo, intuíamos que no eran felices, es más, sabíamos de lo hipócrita de esa unión despareja, de esa mentira que sospechábamos, ni siquiera se había consumado...







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