jueves, 19 de junio de 2008

"La Trágica vida de Inocencia Cadalso"(Una mujer con olor a bencina)

Y en silencio, caminamos hasta la sala crematoria donde ya nos estaban esperando, tiesos y mudos, dos empleados que le darían a la abuela, el empujón definitivo hacia la eternidad...

habiamos quedado solamente cinco personas,la tia Piruca, Porota, el DrPasalaccua,Don Ernesto, el padrastro mudo de la pobre suicida, y yo. El resto, los pocos viejos que nos habian acompañado, fueron quedándose en el camino, junto con algunas calas pisoteadas, y las primeras gotitas de una llovizna que amenazaba convertirse en un diluvio otoñal.Hasta el tiempo parecía estar a la altura de las circunstancias...se nos habia muerto la Abuela, y la sola idea de cremarla en un dia de sol , me llenaba de furia.

Ya que se mudaba al otro barrio, al menos que se fuera escoltada por una solemne llovizna, en fin... o con alguna manifestacion meteorológica acorde a la gravedad de esa situación.

el cajón entraba lentamente en la enorme bocaza del crematorio,arrastrado por un mecanismo de cintas, y ya adentro, lo esperaba el infierno. Las llamaradas peléandose por devorarlo, competían con las lagrimas de la tia piruca y el silencio obligado de Don Ernesto.... en cuanto a mí, la irrealidad de la situación me anesteciaban,empujándome a un letargo hipnótico y reparador...
Al cabo de un rato, no se cuanto, todo había terminado, la abuela Ñata, o lo que quedaba de ella, nos avisaba, que lo mejor que nos podía pasar..era, cerrar la puerta, o hacer como si nada hubiera pasado ...algo así, como negar la luz plateada, en una lobuzna noche de luna llena...




continuará...



2 comentarios:

  1. hum... climas perturbadores a lo rupert thomson...
    suena bien, eh.
    Estaremos pendientes de su continuación.
    Saludos

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  2. Gracias, humanoide...mnnn ahora me queda la curiosidad de leerlo a rupert Thomson.

    Nos seguimos viendo

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